Había un brillante antropólogo, miembro de Sigma V, llamado Joao. Durante una expedición a África, fue hecho prisionero por una tribu de canibales y condenado a servir de cena. Sin embargo la 'legislación' de esa tribu ofrecía a los prisioneros una oportunidad de ser liberados, si es que eran capaces de superar un desafío.
En el caso de Joao, el desafío consistía en lo siguiente: se le presentan 2 huevos, uno crudo y otro cocido. Cada huevo permanece dentro de una caja. Las paredes de esas cajas son rígidas y opacas. Las cajas tienen la forma de paralelepípedos con 20cm x 15cm x 10cm. Una de las cajas tiene una ventana en una de sus caras, y esa ventana se tapa con una tela de alambre, a través de la cual es posible vislumbrar el huevo que está dentro de ella.
El desafío consiste en identificar cual es el huevo crudo en un plazo de 2 minutos. Los huevos no se pueden romper y tampoco se pueden sacar del interior de las cajas.
Se informa a Joao de que ese desafío le será presentado en un plazo de 90 días. Hasta que ese plazo haya expirado, puede contar con el apoyo de los miembros de la aldea para investigar un medio de solucionar el problema. Además, Joao puede disponer de todos los 'sofisticados' instrumentos y todo aquello que haya en la aldea y en las cercanías.
Llegada la fecha de afrontar el desafío, al despuntar el Sol, Joao tiene sus ojos vendados y sus manos atadas. Algunos minutos después, un anciano de la aldea cocina un huevo, lo seca, lo coloca en una caja y la cierra. Toma otro huevo crudo y lo coloca en otra caja, cerrándola en seguida. Las dos cajas se colocan sobre una mesa, donde permanecen hasta el anochecer. Entonces Joao es desatado y se le quitan las vendas de los ojos, se le abastece con el equipamiento requerido y se le coloca delante de la mesa donde estaban las cajas con los huevos.
Él las examina cuidadosamente y consigue identificar donde está el huevo crudo. El desafío se repitió durante 20 días seguidos, siempre con huevos diferentes, y las 20 veces él consiguió hacer la identificación correctamente.
Ante esto, los caníbales, admirados, reconocen el valor del joven antropólogo. Deciden liberarlo y le regalan joyas.
Un saludo de Enigma
AntonioT
Si se hacen girar, el huevo crudo tarda menos tiempo en pararse porque el liquido se opone al movimiento, o eso es lo que dijo el Juan Pozuelo ese de las narices.
Lo que dice AntonioT tambien es cierto... el huevo cocido mantiene en giro mientras que el crudo se detiene rapidamente. Cosas de la inercia...
Vamos a ver... ¿inclina las cajas con un ángulo tal que la aceleración del huevo cocido al rodar es distinta de la del huevo crudo? ¿Se sienta encima de las cajas y las empolla hasta que uno eclosiona? ¿Consulta al oráculo de Delfos? ¿Tiene visión de rayos X?
Arriba Cristobal Colon.l..!!
¿Solicitó algún sofisticado equipamiento o no necesitó nada?
Como le dejan hacer pruebas habrá buscado una cantidad de sal en el agua para conseguir el punto justo de flotabilidad...
Se me ocurre una solución que creo que está medio dicha.
Inclinas la caja y haciendo que el huevo ruede de un extremo a otro, si es el cocido su giro será regular, si es el crudo, debido a que su interior es fluido, no gira de manera regular, sufre aceleraciones y deceleraciones en cada vuelta. Con ello puede identificar el huevo que puede ver, el que tiene la rejilla.
O eso o es que el gacho espera hasta que salga el pollito, el cocido es el otro.
Otra forma es tocar el alumminio por dentro. Si al tacto está mas caliente que por fuera ese debe de ser el huevo cocido, ya que el calor del huevo se ha mantenido en la caja gracias al aluminio
Pero seguro que ninguna de las dos es valida ^^